La obesidad es
la enfermedad crónica de origen multifactorial prevenible que se caracteriza
por acumulación excesiva de grasa o hipertrofia general del tejido adiposo en
el cuerpo; es decir cuando la reserva natural de energía de los humanos y otros
mamíferos, almacenada en forma de grasa corporal se incrementa hasta un punto
donde se asocia con numerosas complicaciones como ciertas condiciones de salud
o enfermedades y un incremento de la mortalidad. El sobrepeso y la obesidad son
el quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo. Cada año
fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como consecuencia del
sobrepeso o la obesidad.1
La OMS
(Organización Mundial de la Salud) define como obesidad cuando el IMC (índice
de masa corporal, el cálculo entre la estatura y el peso del individuo) es
igual o superior a 30 kg/m².2 También se considera signo de obesidad un
perímetro abdominal aumentado en hombres mayor o igual a 102 cm y en mujeres
mayor o igual a 88 cm. (Ver: diagnóstico de la obesidad).
La obesidad
forma parte del síndrome metabólico siendo un factor de riesgo conocido, es
decir predispone, para varias enfermedades, particularmente enfermedades
cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, apnea del sueño, ictus,
osteoartritis, así como a algunas formas de cáncer, padecimientos
dermatológicos y gastrointestinales.3 4 (Ver: Efecto sobre la salud).
Grasa corporal
Una vía
alternativa para determinar la obesidad es medir el porcentaje de grasa
corporal. Médicos y científicos generalmente están de acuerdo en que un hombre
con más del 25 % de grasa corporal y una mujer con más de 30 % de grasa
corporal son obesos.
Sin embargo, es
difícil medir la grasa corporal de forma precisa. El método más aceptado ha
sido el de pesar a las personas bajo el agua, pero la pesada bajo el agua es un
procedimiento limitado a laboratorios con equipo especial. Los métodos más
simples para medir la grasa corporal son el método de los pliegues cutáneos, en
el cual un pellizco de piel es medido exactamente para determinar el grosor de
la capa de grasa subcutánea; o el análisis de impedancia bioeléctrica,
usualmente llevado a cabo por especialistas clínicos. Su uso rutinario es
desaconsejado.15 Otras medidas de grasa corporal incluyen la tomografía
computarizada, la resonancia magnética y la absorciometría de rayos x de
energía dual.